Peaje para los extranjeros que cruzan Alemania

Félix de la Fuente - 01/08/2014

Si los ciudadanos extranjeros circulan libremente por las autopistas alemanas, es porque los alemanes circulan también libremente por ellas. Que introduzcan peaje para todo el mundo –alemanes y no-alemanes- y entonces no podremos decir nada...



Peaje para los extranjeros que cruzan Alemania
No es la primera vez que las autoridades alemanas pretenden imponer un peaje a los extranjeros que utilizan las autopistas alemanas.

Me parece poco acorde con el espíritu de los tratados de la UE que los políticos pretendan discriminar a los ciudadanos por razón de la nacionalidad, lo que significaría una violación de uno de los principios básicos sobre los que se funda la UE. No sólo el adoptar estas medidas, sino incluso el fomentar estos sentimientos entre los ciudadanos es enormemente populista. El sentimiento que se está cultivando con esto entre los alemanes al insinuar “los extranjeros están utilizando gratuitamente nuestras autopistas, cuando nosotros tenemos que pagar en las suyas, pues que paguen” va en la misma línea del eslogan “España nos roba” de los independentistas catalanes.

Si los ciudadanos extranjeros circulan libremente por las autopistas alemanas, es porque los alemanes circulan también libremente por ellas. Que introduzcan peaje para todo el mundo –alemanes y no-alemanes- y entonces no podremos decir nada, porque seremos tratados todos con el mismo rasero. Si los alemanes pagan peaje en España, es porque los españoles también lo pagamos en nuestro país.

Las autoridades alemanas no se atreven a introducir el peaje para los alemanes, pues esto les restaría votos, pero se deciden a penalizar al no-alemán, porque esto sí les da votos, actitud rastrera por parte de un político, porque está fomentando el chauvinismo, que es lo que actualmente menos necesitamos en Europa, y la discriminación.

Además, el simple hecho de utilizar la palabra “extranjero” para referirse a los no-alemanes me parece una palabra poco adecuada, pues un austriaco, un francés o un español no es un extranjero para Alemania sino un ciudadanos de la Unión Europea, lo mismo que los alemanes.

Alemania no sólo goza del privilegio de estar en el centro de la UE, con todas las enormes ventajas que esto supone, sino que además, pretende castigar a los ciudadanos de la periferia.

Espero que tanto la Comisión, como el Parlamento Europeo y el Tribunal de Justicia, alcen su voz para denunciar y parar este atropello.

Félix de la Fuente

(Madrid)